UNA IDEA SOBREVUELA AL NUEVO EQUIPO DE DONALD TRUMP…

Elbridge Colby es una de las personas de confianza de Donald Trump. De hecho, lo ha elegido para ejercer como Subsecretario de Defensa para Políticas cuando este empresario y político regrese a la Casa Blanca el próximo 20 de enero. Colby fue el Subsecretario Adjunto de Defensa de 2017 a 2018, durante el primer mandato de Trump, y en junio de 2018 fue nombrado director del Programa de Defensa del CNAS (Centro para una Nueva Seguridad Americana).

La trayectoria profesional de Elbridge Colby durante los últimos años ha estado estrechamente vinculada a la defensa de EEUU, por lo que resulta previsible que Donald Trump haya pensado en él para ejercer como Subsecretario de Defensa. Y con toda probabilidad en esta elección ha influido, quizá decisivamente, la estrategia que defiende Colby desde hace ya varios años para lidiar con la posibilidad de que el Gobierno chino decida invadir Taiwán.

Colby lidera la línea dura con China

Este tuit publicado por Elbridge Colby en mayo de 2023 refleja con claridad cuál es la estrategia que defiende con el propósito de disuadir al Gobierno de Xi Jinping: «Seríamos unos locos si permitimos que TSMC caiga intacta en manos de China». A priori podríamos aceptar que está exagerando. Al fin y al cabo esta compañía es taiwanesa, no estadounidense. Sin embargo, la realidad es inapelable. Según Gina Raimondo, la Secretaria de Comercio, «EEUU compra el 92% de sus chips de vanguardia a TSMC en Taiwán».

«Deshabilitar o destruir TSMC es lo mínimo que debemos hacer si China toma Taiwán»

El tuit de Colby que he mencionado en el párrafo anterior insinúa que EEUU debería hacer todo lo que esté en su mano para evitar que China se apropie de las plantas que tiene TSMC en Taiwán. No obstante, durante los últimos dos años Colby no se ha conformado con insinuar esta idea; ha declarado públicamente que si China invade Taiwán lo que debería hacer EEUU es destruir las fábricas de TSMC y no permitir que esta iniciativa recaiga en el Gobierno taiwanés.

«Deshabilitar o destruir TSMC es lo mínimo que debemos hacer si China toma Taiwán. ¿Seríamos tan insensatos como para permitir que la principal empresa de semiconductores del mundo caiga intacta en las manos de una República Popular China agresiva», declaró Colby a principios de 2024. Este es el meollo del asunto. La dependencia de EEUU de los circuitos integrados que produce TSMC en Taiwán es evidente si nos ceñimos a la cifra que maneja Raimondo, pero hay algo más que no debemos pasar por alto.

Actualmente TSMC tiene las tecnologías de integración utilizadas para fabricar semiconductores de vanguardia más avanzadas del planeta. Este es el motivo por el que en su cartera de clientes se codean NVIDIA, AMD, Apple, Qualcomm, e, incluso, Intel, entre muchas otras empresas estadounidenses.

Además, sus plantas más avanzadas ahora mismo son las que tiene en Taiwán (presumiblemente las próximas de EEUU y Japón también estarán equipadas a la última). En ellas abundan los equipos de litografía fabricados por la compañía neerlandesa ASML y la japonesa Tokyo Electron, entre otras máquinas. Esta es, en definitiva, la tecnología de vanguardia que EEUU quiere colocar fuera del alcance de China a cualquier precio.

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