La Iglesia católica mexicana señaló este domingo que si bien en el país hay carencia de médicos, también existe la falta de un plan nacional de salud que atienda el abandono en el que se ha dejado a miles de personas en el país.
“Faltan médicos, pero también falta un plan nacional de salud. Es urgente que el Estado Mexicano atienda el abandono en salud de miles de personas”, señaló la institución en su editorial del semanario “Desde la fe”.
La Iglesia expresó así su opinión sobre la polémica que se ha generado luego de que a principios de mayo el Gobierno mexicano anunciara la contratación de 500 médicos cubanos para laborar en el país, argumentando que hay carencia de profesionales de la salud; medida que ha sido criticada por el gremio, opositores y algunos sectores de la sociedad.
La institución aseveró que el tema ha dado lugar a nuevas polarizaciones en el país y afirmó que “la expresión de afirmaciones de un lado y de otro, expresan verdad”.
Recordó que miles de profesionales de la salud del sistema público, se encuentran sobrecargados y frustrados por no atender con calidad a sus pacientes, “sin insumos y muchos de ellos sin la seguridad de tener un contrato permanente de trabajo”.
Aunque, por otro lado, acotó, es una realidad que en México hay regiones históricamente desatendidas en salud a las que los médicos no quieren ir.
“Pero ¿Por qué no quieren ir? Las causas son multifactoriales, pero un problema fundamental tiene que ver con la desaparición del “médico general”, ese humanista capaz de entender y atender casi todo”, apuntó.
Recalcó que en México los médicos generales, que no cursan una especialidad, equivalen a ser “de segunda”, a no tener oportunidad de una plaza, a vivir con muy bajos ingresos.
“Así que casi todo egresado de las facultades de medicina, intenta encajar en el sistema de atención vigente, sobre-especializado, caro, poco eficaz y lejano de la mayoría de personas en México”, lamentó.
La otra opción, dijo, es buscar una de las pocas plazas para médico especialista o subespecialista del sector público, “que tendrá que “completar salario” con el ejercicio privado y asumir malas condiciones de trabajo”.
Aseguró que muchas veces los sacerdotes que se encuentran en regiones marginadas son testigos de personas que están muriendo no por la enfermedad, sino por su pobreza y la falta de acceso a la salud.
“El sistema de salud no funciona y no ha funcionado, no hay medicina preventiva eficaz, ni acceso a la salud en México para todos, ni hoy ni antes”, zanjó.
Ante este panorama, dijo, las universidades tienen que retomar la formación de auténticos humanistas, capaces de atender de manera integral la salud del ser humano.
“Pero para que esto suceda, el Estado tiene que garantizar un horizonte de trabajo, seguridad y vida digna para las y los profesionales de la salud. Además, se tiene que ampliar la oferta de plazas y mejorar las condiciones de trabajo y salarios para los médicos especialistas”, puntualizó.
Dijo que a los médicos cubanos “habría que advertirles que se verán en la necesidad de trabajar en condiciones precarias, con pocos insumos y desabasto, quizás aquí tendrán que agregar a su práctica cotidiana el escapar de la violencia del crimen organizado”.
Finalmente, dijo que con este tipo de decisiones “no quitarán” a los médicos mexicanos, pero tampoco resolverán el gran desafío que tiene el Estado en el tema de salud.