MEJORARAN SEGURIDAD Y ALIVIAR CONGESTION EN EL I-10

La construcción del nuevo proyecto en la autopista Interestatal 10 (I-10), programada para comenzar a fines de mes, mejorará la seguridad y ayudará a aliviar la congestión en el lado oeste de la ciudad, asegura el Departamento de Transporte de Texas (TxDOT).

De acuerdo con la agencia, el proyecto I-10 Widening West agregará carriles y rampas inversas desde el intercambio de North Mesa (Salida 11) hacia la frontera con el estado de Nuevo México.

Como este segmento de la I-10 existe en la actualidad, la arteria principal de costa a costa se estrecha de tres carriles en cada dirección a dos carriles en cada dirección en Mesa, y de tres carriles a dos en la línea del estado de Nuevo México.

Este proyecto remediará la falta de continuidad de carriles en el intercambio de North Mesa, asegura el TxDOT.

El Proyecto de Ampliación Oeste de la I-10 reconstruirá los carriles principales de la I-10 desde el norte de Vinton Road hasta Mesa Street (casi 7.5 millas), ampliando esa parte de cuatro a seis carriles.

Asimismo, el proyecto también invertirá las rampas de entrada y salida desde la línea estatal hasta Mesa. Las inversiones de rampa cambian las posiciones de las rampas de entrada y salida, para cambiar los movimientos de incorporación a la calle lateral y empujar la salida más lejos de la intersección, lo que ayuda a evitar que el tráfico retroceda en los carriles principales.

Otras mejoras incluyen la construcción de un nuevo cruce de paso elevado en Los Mochis, 1.2 millas al norte de Transmountain, que facilitará la movilidad, y un nuevo puente y carriles de desvío a nivel en Thorn que permitirán que el tráfico pase por alto el semáforo en el cruce anterior.

“El proyecto también incluye iluminación de seguridad desde Anthony hasta Vinton, y la instalación de iluminación de mástil alto a lo largo de la sección ampliada. Las actualizaciones del sistema tecnológico incluyen cuatro señales de mensajes dinámicos (DMS), nueve cámaras de circuito cerrado y sistemas de detección de conductores en sentido contrario con señales LED en las rampas de salida”, aseguran.

Se espera que el proyecto de $174.3 millones tarde tres años y medio en completarse, pero tendrá un impacto mínimo en el tráfico. Se requerirán cierres para cambiar de carril e instalar una barrera, pero los planes exigen que el tráfico se desplace a los arcenes para mantener dos carriles de circulación mientras el contratista trabaja detrás de la barrera. Los caminos secundarios existentes servirán como desvíos en momentos de cierre total.

Un proyecto similar está en progreso en la I-10 en el lado este de la ciudad, desde Eastlake hasta Horizon.

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