SIETE DE 10 MEXICANOS QUE TRABAJAN NO PERCIBEN LO NECESARIO PARA SUS FAMILIAS: ONG

Sólo tres de cada 10 mexicanos que trabajan ganan cada mes lo suficiente para comprar una canasta básica para dos personas, de acuerdo con la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza. Esto quiere decir que los restantes siete mexicanos no tienen un salario suficiente para superar el umbral de pobreza, un factor que suma a que el índice de personas en esta condición crezca cada año.

La asociación civil aseguró que para hacer frente a esto, impulsarán una campaña de Salario suficiente, iniciando por un salario mínimo de ocho mil 500 pesos mensuales en todas las empresas formales, “que es un valor ligeramente mayor al costo de dos canastas básicas”.

Sin embargo, economistas cuestionaron que esto realmente apoye a que personas puedan salir de una situación de pobreza, ya que no las estimaciones de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza no consideran otro tipo de servicios y necesidades.

Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, explicó que el Salario Suficiente consistiría en que la remuneración del trabajo supere, mínimo, el costo de dos canastas alimenticias básicas.

“Aspiramos a que la gente pueda vivir dignamente, eso requiere un ingreso digno, pero esa es otra cosa y depende de otros factores. Aquí tiene que estar claro cuál es el umbral, cuál es el mínimo, y todavía no llegamos ahí, que serían los ocho mil 500 pesos que proponemos y que son un poco más de dos canastas básicas”, explicó.

En diciembre de 2021, la Coneval indicaba que el costo de la canasta alimentaria en zonas rurales era de mil 344.94 pesos, mientras que para zonas urbanas era de mil 844.32 pesos; en tanto, la canasta alimentaria con servicios sería de dos mil 343.50 pesos en zonas rurales y tres mil 542.14 pesos en zonas urbanas.

La canasta alimentaria con servicios del Coneval contempla: transporte público; limpieza y cuidados de la casa; cuidados personales; educación, cultura y recreación; comunicaciones y servicios para vehículos; vivienda y servicios de conservación; prendas de vestir, calzado y accesorios; cristalería, blancos y utensilios domésticos; cuidados de la salud; enseres domésticos y mantenimiento de la vivienda; artículos de esparcimiento y otros gastos.

Al último incremento en salarios mínimos, que entró en vigor el 1 de enero de 2022, lo menos que puede ganar una persona trabajadora en cualquier profesión es 172.87 pesos diarios; o cinco mil 186.10 pesos mensuales si se considera que trabaje todos los días, sin descanso.

Esto significaría que, tanto en zonas rurales como en zonas urbanas, sólo sería posible adquirir una canasta alimentaria con servicios una persona, dejando a las y los trabajadores apenas por encima de la Línea de la Pobreza.

MIDIENDO EL UMBRAL DE LA POBREZA

Para la medición de la pobreza, la Coneval se basa en dos líneas de ingreso: la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos, equivalente al valor de la canasta alimentaria por persona al mes; y la Línea de Pobreza por Ingresos, que equivale al valor total de la canasta alimentaria con servicios por persona al mes.

Datos del 2020 arrojan que el 43.9 por ciento de la población mexicana estaba en pobreza, y el 8.5 por ciento en pobreza extrema; es decir, más de 55.7 millones de personas en México estaban el alguna situación de pobreza, de un total de 126 millones 014 mil 024 habitantes que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) contabilizó en el “Censo de Población y Vivienda 2020”.

Si bien las mediciones de la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza plantean el mínimo para que, de acuerdo con los cálculos de la Coneval, se pueda superar la Línea de la Pobreza, economistas advirtieron que en práctica esta cifra aún queda corta, pues mantiene a las personas en pobreza alimentaria.

“Coneval estableció una canasta alimentaria, pero nosotros tenemos la canasta alimenticia recomendable, porque alimentaria tú podrías elegir todos los productos y no te garantiza la nutrición”, indicó el académico David Lozano Tovar. “Puedes agarrar una canasta alimentaria que sea muy barata, pero no alimenta a los mexicanos, entonces tienes o promueves la pobreza alimentaria. La canasta del Coneval tiene un error metodológico grave: es sólo para un individuo, no para una familia, y no alcanza así”.

Investigadores del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, formularon estadísticas propias basadas en una canasta alimenticia recomendable, la cual está conformada por 40 alimentos, y que es una “canasta ponderada, de uso y consumo diario, para una familia mexicana de cuatro personas (dos adultos, un/a joven y un/a niño/a) en la que se toman en cuenta aspectos nutricionales, de dieta, de tradición y hábitos culturales”.

Con base en esto, los economistas determinaron que al cuarto trimestre de 2020, el 75.1 por ciento de la población ocupada no tenía la capacidad económica para adquirir la canasta alimenticia recomendable, lo que la colocaría en una situación de pobreza extrema.

“Si yo, alimentariamente, comparo la canasta de alimentos recomendables frente al salario, son nueve de cada 10 mexicanos que no ganan lo suficiente para estar alimentaria y nutricionalmente bien, porque nosotros tenemos el dato de cuánto es el costo y cuánto ha incrementado en los últimos meses, y eso te provoca un incremento de la pobreza”, remarcó el doctor, haciendo referencia a las cifras más actualizadas que tiene el Centro de Análisis Multidisciplinario.

El economista recordó que la canasta alimentaria recomendable aún no toma en consideración el costo de servicios esenciales para la producción de los alimentos y para la vivienda, como lo es el gas, electricidad y agua, así como la transportación para ir por los alimentos, por lo que el costo total sería aún más alto. “Cuando hablas de salarios dignos, no es solamente hablar de alimentos y servicios”, argumentó Lozano Tovar.

IMPERA LA PRECARIZACIÓN LABORAL

El economista Luis Lozano Arredondo, adscrito a la Facultad de Economía de la UNAM, recordó que el salario mínimo en México sí ha tenido un incremento en los últimos años, pero todavía no ha logrado recuperar el poder adquisitivo, que se refiere a la cantidad de bienes y servicios que realmente pueden adquirirse con una cantidad determinada de dinero.

“Se ha recuperado el salario mínimo nada más durante el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero el salario mínimo viene perdiendo poder adquisitivo desde 1982”, apuntó. Recordó que productos de primera necesidad como la leche, el huevo y la tortilla han tenido un incremento en precios debido a la inflación, por lo que aunque incremente el monto del salario mínimo, sigue siendo insuficiente para que las familias puedan adquirir los alimentos del día a día.

“Cada vez la gente tiene que trabajar más porque no le alcanza: tiene que buscar dos trabajos, uno formal y uno informal, o dos informales, o integrar otro miembro de la familia [al campo laboral]” para poder satisfacer las necesidades básicas de la familia, expresó. “Cada vez los trabajadores trabajan más horas, y en lugar de tener una jornada laboral de ocho horas, son 10 o 12 horas, y ese es otro indicador: la gente tiene que trabajar más porque no alcanza, y hay un emprobrecimiento de las condiciones laborales”.

De acuerdo con el Observatorio de Trabajo Digno coordinado por la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, además de que el salario es insuficiente para que se adquieran dos canastas básicas, existen otras condiciones que suman a la precarización laboral y los gastos de servicios básicos de una familia: por un lado, el 61 por ciento de los trabajadores no cuentan con seguridad social; por el otro, el 33 por ciento no tienen prestaciones laborales.

“Estos son los otros indicadores que muestran la precariedad laboral en México, que muestran como el derecho al trabajo está negado en muchos aspectos, y claramente el de la seguridad social, lo hemos enfatizado en muchas ocasiones, es la otra carencia”, dijo al respecto Rogelio Gómez Hermosillo. “Habla de un sistema laboral que produce pobreza, está totalmente deformado y está basado en la precariedad y en la violación de derechos laborales”.

RETOS PARA EL INCREMENTO DEL SALARIO

Fuera de los incrementos que se han producido al salario mínimo en el actual sexenio, los tres especialistas identificaron un obstáculo principal que ha impedido que los salarios de manera general aumenten: se considera que si la remuneración económica al trabajador aumenta, también lo hará la inflación, relacionado con una política de contención salarial.

“Hasta Vicente Fox (2000-2006), el argumento de los economistas clásicos era que si tú aumentas los salarios, aumentas la inflación en automático. Eso, en realidad, no es cierto”, explicó el académico David Lozano Tovar. “Cuando tú haces una política de salarios que no va acompañada con una política de crecimiento de la economía, sí te provoca inflación (…). Tú puedes subir los salarios, y eso tiene un efecto por lo menos del cinco por ciento, casi siempre, en productividad. Un obrero, y un trabajador mejor pagado, te da un efecto positivo en productividad”.

El mito alrededor de que el incremento en salarios aumenta en automático la inflación depende realmente, detalló el economista, de que se promueva el comercio de productos de la economía interna.

“Si tú promueves la venta de tus productos de economía de importación, entonces sí te provoca inflación los salarios”, expuso. “Los economistas que estuvieron con [los presidentes] Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), con Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), y los otros, tenían esta idea de que como ‘nosotros somos importadores, si subimos salarios nos va a provocar inflación’. A mejor nivel de ingreso, tú puedes comprar en el mercado interno, pero a mayor nivel de ingreso, si empiezas a comprar en el mercado externo y compras cosas que no tienes en tu país (…) provoca inflación”.

A consideración del investigador, el Gobierno de López Obrador ha intentado lograr este impulso a la economía interna del país, pero no se ha podido lograr porque no existe en México un incremento de los salarios, de la productividad y de la participación en el Producto Interno Bruto (PIB) en la economía interna.

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