Frente a la explosión de los precios de la energía en Grecia, las autoridades del municipio de Glyfada, a unos 20 kilómetros del centro de Atenas, han empezado a distribuir gratuitamente leña entre sus habitantes para que hagan frente al invierno.
El Ayuntamiento de Glyfada puso en marcha la iniciativa hace unos quince días y efectúa el reparto dos veces por semana.
Alrededor de 3 mil hogares de la ciudad ya se han beneficiado de la misma y 14 mil personas la han solicitado a través de una plataforma habilitada por la alcaldía, explicó Annie Kafka, adjunta de Protección Civil en el Ayuntamiento de Glyfada.
“Tras la caída de muchos árboles durante la tormenta de nieve en enero, decidimos no reciclar la madera como combustible industrial, como solíamos hacer” antes, explicó Kafka a la agencia de noticias Afp. En lugar de eso, el gobierno local decidió cortar la leña para “dársela a los hogares a causa de la crisis energética”.
En septiembre, los precios del gas natural se dispararon 332 por ciento, y muchos griegos temen no poder calentar sus casas este invierno. Y más aún teniendo en cuenta que desde hace seis meses la inflación supera el diez por ciento, en un país que todavía padece las secuelas de una década de crisis financiera.
Las autoridades avisan del reparto por mensajes de texto (SMS). Los vecinos sólo pueden beneficiarse de la ayuda una vez.
“Lo necesitamos mucho, sobre todo este año, difícil”, dijo Yiannis Dimitrakopoulos, un jubilado de 75 años, vecino de Glyfada.
“Intentamos llevarnos tanta leña como podemos. Tenemos calefacción central con petróleo pero nunca se sabe”, comentó por su parte Erofili Generali, una profesora de unos 50 años.
En septiembre, la alcaldía de Zografou, otro suburbio de Atenas, también repartió leña entre sus habitantes.
En cambio, la alcaldía de Atenas, una ciudad densamente poblada que adolece de problemas de contaminación recurrentes, no imitó la medida alegando, precisamente, los problemas medioambientales que puede acarrear.
Durante el naufragio financiero de Grecia (2008-2018), muchos habitantes recurrieron a calentar sus casas con leña. En muchos inmuebles ni siquiera se ponía en marcha la calefacción porque los residentes no podían pagar las facturas de combustible. Como consecuencia, las principales ciudades del país se vieron envueltas en una espesa bruma.