Miles de fieles católicos acudieron ayer a la fiesta patronal de San Judas Tadeo, en la parroquia que lleva su nombre.
La conmemoración del santo patrono de la causas difíciles es la tercera más grande de la grey católica en esta frontera después del Día de la Virgen de Guadalupe y el de San Lorenzo.
En la parroquia de San Judas, ubicada en el Infonavit San Lorenzo, se realizaron misas todo el día desde las 8 de la mañana.
A las 5:30 de la tarde hubo una procesión que partió del Parque de la Familia hacia la parroquia, cargando la imagen de San Judas.
La última misa celebrada ayer fue a las 7 de la tarde, presidida por el obispo José Guadalupe Torres Campos.
Para Sandra Morales asistir fue una responsabilidad, ya que tenía que pagar una manda por su hijo, quien nació con dificultades respiratorias.
“Él nació con problemas para espirar porque fue prematuro; los médicos nos dijeron a mi esposo y a mí que era difícil que sobreviviera, que nos preparáramos para lo peor; esa noche yo recé con todas mis fuerzas y le pedí a San Juditas que intercediera por mí y mire, sí me hizo el milagro; mi niño sigue aquí a mi lado”, narró Sandra.
Otro caso fue el de Juan Robles, víctima de robo de auto con violencia, en el que le dispararon.
“Para mí San Juditas es el bueno, hace cinco años yo salía en la mañana de mi casa en Lomas del Rey cuando me apuntaron con una pistola en la cabeza y me pedían que dejara mi camioneta; no sé qué pasó por mí, pero intenté escapar y me dispararon: el balazo entró por un lado y perforó mis pulmones. El asaltante se llevó mi camioneta y a mí me llevaron grave al hospital; antes de entrar a la operación yo le pedí a San Judas que me salvara porque yo sentía que no la libraba”.
Los fieles que asistieron a misa también disfrutaron de la venta de comida al exterior del templo, en la calle Valle de Juárez.
Todo tipo de fritanga se podía conseguir, desde las tradicionales enchiladas, gorditas, tacos hasta huaraches, tlacoyos y gran variedad de alimentos a base de maíz; aguas frescas y refrescos.
También hubo recuerdos como llaveros, imágenes principalmente de San Judas, veladoras para ser ofrecidas, entre otros detalles.