México registró una de las 18 inflaciones de alimentos más pronunciadas entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) durante septiembre.
De acuerdo con la entidad, en el mes de septiembre 32 de los 39 países miembros registraron variaciones de doble dígito en la inflación de alimentos; uno de ellos fue México con una fluctuación de 14.6% anual.
En el noveno mes del año, países OCDE registraron una variación promedio de los precios de alimento de 15.3%; por tanto, la de México se ubicó ligeramente debajo del promedio.
Entre este grupo de los países con mayor inflación de alimentos, los líderes resultaron Turquía, con una variación de 93% anual; Lituania, que alcanzó una variación de 31%, también a 12 meses y Hungría, que alcanzó una fluctuación de 30.7 por ciento.
Apenas el miércoles 2 de noviembre, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell observó en conferencia que lamenta el impacto que están sintiendo los hogares y empresas por la escalada de precios de alimentos, energía y vivienda.
Según los datos de la OCDE, la inflación de alimentos en Estados Unidos registró una variación de 12.9% en septiembre, que es mucho más moderada de la observada en México.
Información del Banco Mundial (BM) divulgada en sus reuniones anuales de septiembre confirmó que las familias de escasos recursos destinan hasta 40% de su ingreso en la compra de alimentos.
Lo mismo sucede con los países de medianos y bajos ingresos, explicó aparte el economista jefe para América Latina del BM, William Maloney, quien destacó que son también los que están sufriendo un mayor impacto de la escalada global de precios.
No obstante, si el comparativo mensual divulgado por la OCDE se toma a partir de los precios de energéticos, México se mantiene como el país con la variación anual más baja, correspondientes a 6.3% anual.
Con este registro, México quedó lejos del promedio OCDE que fue 28.8% a doce meses.
Apenas en octubre, el subdirector de asuntos fiscales del Fondo Monetario Internacional (FMI), Paolo Mauro explicó a El Economista que los subsidios a los energéticos que otorga México, específicamente, el de gasolina, han propiciado que las personas paguen un precio artificialmente bajo por las gasolinas.
Lo anterior ha sido, también, una forma ineficiente de ayudar a las personas de escasos recursos.
Esta misma percepción tienen las calificadoras como Moody´s. De acuerdo con el analista soberano de la agencia, Renzo Merino, el gobierno mexicano ha tratado de ayudar a mitigar el impacto de las fluctuaciones del precio internacional de energéticos a partir de los ingresos extraordinarios que le dejó esta misma variable.
Sin embargo, subrayó que al utilizar estos recursos extraordinarios está perdiendo una importante oportunidad para usarlos de una forma más eficiente.
Así, en México continúan los estímulos fiscales en materia de Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios para los consumidores de gasolina.
Según el comparativo de la OCDE, son 35 los países miembros de los 39 que registraron en septiembre una inflación anual de doble dígito en los energéticos.
Entre ellos, Países Bajos y Turquía alcanzaron fluctuaciones históricas de triple dígito 113.% y 146.5%, respectivamente.
El registro de la entidad muestra que la inflación promedio de los energéticos entre los países OCDE tuvo una variación de 28.8% anual en septiembre, que completa una tercera moderación mensual desde el pico alcanzado en junio, cuando llegó a 40.7% promedio.
En este comparativo, Estados Unidos observó una fluctuación anual de 19.8%, que también cursa su tercer mes consecutivo en desaceleración.
Los precios de algunos bienes como alimentos se han visto impactados por disrupciones logísticas en las cadenas mundiales de producción y distribución, destacan expertos del BM.