El obligado y prolongado cierre de centros de educación básica y media superior en México desde 2020 por la pandemia de COVID-19 afectó a 30.6 millones de estudiantes, en un proceso que arrojó “consecuencias desastrosas” en sus oportunidades a futuro.
Las alertas fueron planteadas por la italiana Letizia Sozzi, especialista de Educación en Emergencias y destacada en la sede en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Sólo en México, el cierre prolongado afectó negativamente el proceso educativo de 25.4 millones de alumnos y alumnas de educación básica y 5.2 millones de estudiantes de educación media superior”.
“Las consecuencias son desastrosas en su bienestar, desarrollo académico y socioemocional, y sus oportunidades de desarrollo hacia el futuro”, señaló la especialista.
“En México, específicamente, un diagnóstico realizado en noviembre 2021 por el proyecto de Medición Independiente de Aprendizajes y UNICEF, que involucró a cerca de mil 600 escolares entre ocho y 11 años, reveló que 66 por ciento de ellos no habían alcanzado un nivel básico en habilidad lectora y 97 por ciento en matemáticas”.