Un equipo de investigación internacional dirigido por la Universidad de Minnesota (UM), EE.UU., ha medido el tamaño de una estrella que explotó hace más de 11,5 mil millones de años. Las imágenes detalladas, obtenidas empleando datos del Telescopio Espacial Hubble y el Gran Telescopio Binocular, en Arizona, EE.UU., en combinación con el fenómeno conocido como lentes gravitatorias, mostraron el enfriamiento de la estrella luego de la explosión. Este resultado podría ayudar a los científicos a aprender más sobre las estrellas y galaxias presentes en el universo primitivo, comunicaron el miércoles pasado.
“Esta es la primera mirada detallada a una supernova en una etapa mucho más temprana de la evolución del universo”, comentó Patrick Kelly, autor principal del artículo y profesor de la UM. “Es muy emocionante porque podemos aprender en detalle sobre una estrella individual cuando el universo tenía menos de una quinta parte de su edad actual, y comenzar a comprender si las estrellas que existieron hace muchos miles de millones de años son diferentes de las cercanas”, puntualizó.
Usando como lente gravitacional la enorme masa de una galaxia de tipo temprano, en el cúmulo estelar Abell-370, que reflejó fuertemente la luz de esta estrella, los investigadores pudieron identificar múltiples imágenes magnificadas y detalladas en el tiempo de la supergigante roja. La estrella en cuestión era unas 530 veces más grande que el Sol y se encontraba unas 60 veces más lejos que cualquier otra supernova observada con este detalle.
“La lente gravitacional actúa como una lupa natural y multiplica el poder del Hubble por un factor de ocho”, explicó Kelly. “Las imágenes que capturamos muestran la supernova tal y como era en diferentes edades separadas por varios días. Vemos a la supernova enfriándose rápidamente, lo que nos permite, con solo un conjunto de imágenes, reconstruir básicamente lo que sucedió y estudiar cómo se enfrió la supernova en sus primeros días. Nos permite ver una repetición de esta supernova”.
Los investigadores también descubrieron que cuando el universo tenía una pequeña fracción de su edad actual probablemente había muchas más supernovas de lo que se pensaba anteriormente. “Las supernovas de colapso del núcleo marcan la muerte de estrellas masivas de corta vida. La cantidad de supernovas de colapso del núcleo que detectamos se puede usar para comprender cuántas estrellas masivas se formaron en las galaxias cuando el universo era mucho más joven”, dijo Wenlei Chen, primer autor del artículo publicado el pasado miércoles en Nature e investigador de la UM.