Un brasileño de 62 años que pasó cinco horas en una bolsa de cadáveres luego de que el médico declarara erróneamente su muerte, falleció el pasado jueves, posiblemente a causa del frío y la falta de aire que experimentó mientras era llevado a una funeraria aún con vida, informa la prensa local.
José Ribeiro da Silva permanecía internado desde principios de año en el hospital estatal de la ciudad de Uruaçu por un cáncer de lengua. La noche del martes pasado, su hermana fue informada sobre su muerte, por lo que encargó a una funeraria que realice los procedimientos necesarios con el cuerpo del difunto.
El hombre, previamente declarado muerto, fue colocado dentro de una bolsa y llevado a Rialma, la ciudad natal de la familia, a unos 100 km de Uruaçu. Cuando los empleados del tanatorio abrieron la bolsa para preparar el cuerpo para el velatorio y el entierro, se dieron cuenta de que Ribeiro da Silva estaba vivo, tenía los ojos abiertos y respiraba con dificultad.
“El empleado de la funeraria me llamó desesperado para pedirme que fuera para allá, que mi hermano estaba vivo”, dijo la hermana de la víctima. “Es increíble lo que ha pasado. Mi hermano pasó cinco horas en una bolsa de plástico, helado”, agregó.
Después de constatarse que el hombre estaba con vida, el paciente fue ingresado en estado muy grave a un hospital de Rialma, donde recibió todos los cuidados necesarios y, posteriormente, fue trasladado a una UCI en la ciudad cercana de Ceres. A pesar de los esfuerzos del personal de la institución, José Ribeiro falleció al poco tiempo.
Lucas Campos, el médico responsable de emitir el certificado de defunción, fue suspendido, mientras la Policía de Uruaçu abrió una investigación sobre el incidente.
Un especialista forense explicó que, luego de que el paciente fuera declarado muerto, lo llevaron a un cuarto frío y colocaron dentro de una bolsa para mantener la temperatura baja. El experto determinó que la causa de la muerte de la víctima fue la hipotermia, lo que podría agravar la responsabilidad de Campos.