El periodismo está “más vivo que nunca y sigue siendo tan necesario como siempre”, resaltó la directora del diario español El País, Pepa Bueno, en la entrega de los Premios Ortega y Gasset, donde la fotógrafa de EFE en México, Sáshenka Gutiérrez, recordó a los profesionales asesinados en ese país.
Los periodistas nicaragüenses Wilfredo Miranda y Carlos Herrera, también premiados, denunciaron las “violaciones” de derechos humanos en su país.
Frente a los mensajes “apocalípticos” sobre el presente y el futuro del periodismo, Bueno reivindicó que “el buen periodismo es el mejor antídoto contra la polarización”.
Destacó el trabajo de los premiados, de varios medios y países, quienes decidieron “buscar la verdad, contrastar y contar, caiga quien caiga”, ejerciendo un periodismo “valiente y apasionado”.
El premio a la mejor historia o investigación periodística fue para el equipo de El País que ha investigado la pederastia en la Iglesia española, un trabajo del que se ha destacado que ha tenido un “efecto real” en la vida de las personas y en el que la ciudadanía les ha contado más de mil casos de abusos.
El galardón para la mejor fotografía fue para la fotógrafa de la Agencia EFE en México Sáshenka Gutiérrez por el reportaje “Jódete cáncer”, una imagen que transmite la intimidad cruda de las mujeres que han sufrido una mastectomía bilateral, pero también esperanza.
La fotógrafa recordó a los periodistas que han perdido la vida por defender la libertad de expresión, pues en los últimos 15 años a 154 compañeros de profesión les han arrebatado la vida y 14 han desaparecido en México. Así, pidió que su país deje de ser de los más violentos para el periodismo y acabe la “impunidad“.
El premio para la mejor cobertura multimedia se concedió al portal nicaragüense Divergentes por un trabajo sobre la represión en su país, recogido por los periodistas Wilfredo Miranda y Carlos Herrera.
Pidieron que sirva para visibilizar las “violaciones” de derechos humanos en Nicaragua, y lo dedicaron a las víctimas.
El premio a la trayectoria profesional fue concedido a título póstumo a los españoles David Beriain y Roberto Fraile, asesinados en Burkina Faso el año pasado, que recogieron la viuda del primero y el hijo del segundo.
Sus familiares mostraron el deseo de que sus muertes sirvan para que se valore el periodismo “en mayúsculas” y que su pasión inspire a las nuevas generaciones de profesionales.