Un equipo internacional de neurocientíficos dirigidos por la Universidad de Pittsburgh (Pitt), en EE.UU., desarrollaron una prueba para detectar un nuevo marcador de la neurodegeneración de la enfermedad de Alzheimer en una muestra de sangre. El biomarcador, llamado tau derivado del cerebro (BD-tau, por sus siglas en inglés), supera a las actuales pruebas diagnósticas en sangre. Es específico de la enfermedad y se correlaciona bien con los biomarcadores de neurodegeneración del Alzheimer en el líquido cefalorraquídeo (LCR), publicaron este martes.
Actualmente, para diagnosticar Alzheimer, los médicos utilizan pautas establecidas hace una década. Estas directrices exigen la detección simultánea de placas amiloides, ovillos de tau (formados por la múltiple fosforilación de la proteína tau asociada a los microtúbulos intracelulares) y neurodegeneración en el cerebro (ya sea mediante imágenes o mediante el análisis de muestras de LCR). Desafortunadamente, ambos enfoques para detectar la neurodegeneración en el cerebro tienen limitaciones económicas y prácticas.
Particularmente, la obtención de neuroimágenes es complicada. “Esas pruebas son costosas y tardan mucho tiempo en programarse, y muchos pacientes, incluso en los EE. UU., no tienen acceso a los escáneres”, explicó el autor principal, Thomas Karikari, profesor de psiquiatría en Pitt. Por ello, es necesario desarrollar biomarcadores de la enfermedad convenientes y confiables en muestras de sangre, cuya recolección es poco invasiva y requiere menos recursos.
Los científicos explicaron que los niveles sanguíneos de neurofilamentos ligeros, una proteína marcadora del daño de las células nerviosas, se elevan con Alzheimer, Parkinson y otras demencias, haciéndola inefectiva para diferenciar el Alzeheimer de otras afecciones neurodegenerativas. El mayor problema radica en la detección de marcadores de neurodegeneración en sangre específicos del cerebro (BD-tau), que no sean producidos en otras partes del cuerpo.
Karikari y su equipo desarrollaron una técnica para detectar a BD-tau. Para ello, diseñaron un anticuerpo especial que se une selectivamente a BD-tau, haciéndolo fácilmente detectable en sangre. Validaron su ensayo en más de 600 muestras de pacientes.
Las pruebas mostraron que los niveles de BD-tau detectados en las muestras de pacientes con Alzheimer que utilizaron el nuevo ensayo coincidieron con los niveles de tau en el LCR y distinguieron de manera confiable la enfermedad de Alzheimer de otras enfermedades neurodegenerativas. Los niveles de BD-tau también se correlacionaron con la gravedad de las placas de amiloide y los ovillos de tau en el tejido cerebral confirmados mediante análisis de autopsia cerebral.
Los científicos esperan que el control de los niveles sanguíneos de BD-tau pueda mejorar el diseño de los ensayos clínicos y facilitar la detección y el reclutamiento de pacientes de poblaciones que históricamente no se han incluido en las cohortes de investigación. Los resultados se publicaron, este martes, en Brain. “La utilidad más importante de los biomarcadores sanguíneos es mejorar la vida de las personas y mejorar la confianza clínica y la predicción del riesgo en el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer”, comentó Karikari.