Tres proyectos de inversión estadounidenses llegarán a Centroamérica. La vicepresidenta de EE. UU., Kamala Harris, encargada de hacer frente a las principales causas de la crisis migratoria en la frontera con México, anunciará este martes 7 de junio, en el segundo día de la IX Cumbre de las Américas, nuevos compromisos de inversión privada.
Lo hará mientras se hacen dos encuentros paralelos del sector público y privado con los ministros de Comercio y Relaciones Exteriores americanos y los consejeros delegados de algunas de las empresas más importantes del continente.
El primer anuncio de Harris será la inversión privada de USD 1.900 millones por parte de 10 empresas. Incluye una expansión de 700 millones de dólares de redes celulares en Guatemala, Honduras y El Salvador por parte de Millicom, con sede en Miami; un compromiso de 270 millones de dólares de Visa para promover pagos digitales; y una inversión cercana a los 150 millones de dólares por parte de Gap. Inc. que podría ver hasta 5.000 puestos de trabajo creados.
Según una fuente del Gobierno estadounidense consultada por la agencia EFE, esta propuesta forma parte del plan de Harris conocido como Llamada de Acción para atajar las causas económicas y sociales de la migración a Estados Unidos y para desalentar a los jóvenes centroamericanos a abandonar sus hogares.
Este anuncio se suma al hecho por la Vicepresidencia hace 6 meses por valor de USD 1.200 millones en compromisos del sector privado, en los que participan PepsiCo, Microsoft, Nespresso y MasterCard.
De hecho, el mayor logro de Harris en la región hasta la fecha es haber ayudado a asegurar compromisos de empresas de EE. UU. para invertir esos 1.200 millones de dólares en Centroamérica, donde cada año cientos de miles de adultos jóvenes huyen de la violencia de las pandillas y la pobreza sin pausa.
El segundo anuncio en materia de inversión que hará Harris -en un acto paralelo a la Cumbre- junto con empresas del sector es hacia el empoderamiento económico de las mujeres en América Latina, en especial en aquellas que residen en el norte de Centroamérica. El programa llamado “In Her Hands” (En las manos de ella), es una iniciativa del sector privado para empoderar, capacitar y proteger a las mujeres en todo el hemisferio occidental.
El programa incluye la capacitación de más de 500.000 mujeres y niñas en habilidades laborales básicas y agroindustria, la promoción de la paridad de género y la conexión de más de 1,4 millones de mujeres con el sistema financiero y la economía digital.
Por último, el tercer anuncio de Harris será la presentación del Cuerpo de Servicio Centroamericano (CASC, por sus siglas en inglés), una iniciativa de 50 millones de dólares que será administrada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con el fin de dar a los jóvenes de El Salvador, Guatemala y Honduras un camino laboral.
No obstante, el liderazgo de Harris es cuestionado. Mientras Harris asume la tarea de abordar las causas de la migración -con pocos efectos hasta el momento-, es poco lo que la región conoce sobre ella, lo que para expertos consultados por la agencia de noticias AP es un síntoma “de una mayor negligencia de EE. UU. en la región”.
En efecto, los únicos tres líderes que Harris ha conocido en sus dos viajes rápidos a la región son justamente los de los tres países que decidieron no asistir a la Cumbre: México, Guatemala y Honduras.
Para Brian Winter, vicepresidente del Consejo de las Américas, Harris comenzó con el pie izquierdo como la persona clave para abordar las causas que conducen a los migrantes a EE. UU.
Además, la propuesta de política más grande de la Administración de Joe Biden en la región -un paquete de ayuda de 4.000 millones para Centroamérica- se ha estancado en el Congreso con poco esfuerzo aparente para revivirla. Mientras tanto, el número de migrantes en la frontera de EE. UU. con México ha aumentado a sus niveles más altos en décadas.
Pese a las constantes críticas de varios países, Estados Unidos descartó formalmente en el primer día de la Cumbre invitar a los representantes de Cuba, Nicaragua y Venezuela alegando que no cumplen con los estándares democráticos. La Habana respondió este lunes 6 de junio diciendo que Washington mantiene una posición “discriminatoria e inaceptable” además de “antidemocrática y arbitraria”.
Y agradeció las muestras de apoyo, especialmente las de aliados políticos importantes como el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que no asistió porque estos tres países no habían sido invitados. Agradeció también a dos ausentes: Bolivia y Honduras y a los miembros de la Comunidad del Caribe.
Luego de la exclusión de esta cita regional, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha dicho que la Cumbre de los Pueblos -un foro paralelo a la Cumbre de las Américas-, “será un verdadero evento político trascendental para nuestros pueblos”, resaltó este martes en su cuenta de Twitter.