La comunidad LeBarón manifestó su solidaridad con los jesuitas del país y se unió a las voces que demandan justicia para los sacerdotes asesinados Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, en el templo de Cerocahui, localizado en el municipio de Urique, en Chihuahua.
“Como mujeres y hombres de fe, sabemos que existirá una justicia, pero exigimos que las autoridades mexicanas sean capaces de detener a los culpables y sobre todo, evitar que nuestro país siga convirtiéndose en un gran campo de batalla que deja a su paso, cientos de familias rotas, hogares incompletos y pueblos fantasmas”, menciona el comunicado firmado por la citada comunidad de la cual forman parte los activistas, Adrián, Bryan y Julián LeBarón.
Indicaron que la sierra de Chihuahua “es una tierra olvidada y fértil” para que los criminales puedan desplegar sus actividades, además de que existe una complicidad de las autoridades.
“Hoy las autoridades locales de Chihuahua se han convertido en brazos de los grupos criminales, las policías son un frente de los cárteles, sólo que autorizados con placa y arma, además no existe quien revise la actuación de los alcaldes, lo que ha propiciado que el crimen se riegue a niveles mortales.
“El asesinato de estos sacerdotes es lamentable, pero más lo sería que se unieran a la lista de casos que quedan en la impunidad. Así que nuestras plegarias se harán pidiendo su buen descanso, que regresen sus cuerpos, pero también que haya justicia”, señalaron.
Dijeron que la sierra de Chihuahua debería ser una tierra de paz y esperanza, y no el escenario de enfrentamientos entre criminales.
“Lo que está secuestrada es nuestra libertad, y no existe hoy en día, ninguna autoridad que ponga un alto. Lo más cruel y lamentable de esta situación es que es más posible que este episodio se pudiera repetir a que exista orden en la región”, apuntaron.