“Hasta a los religiosos se les olvida cómo era contestar violencia con violencia. No siguen el ejemplo del papa Francisco, porque están muy apergollados por la oligarquía mexicana”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a la petición de la Iglesia Católica para modificar su estrategia de seguridad luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua.
“El problema de la violencia tiene que ver con la falta de trabajo y oportunidades. Sólo los conservadores piensan que pueden resolver los problemas con la ley del talión. En dónde hay un conservador, hay un represor en potencia”, dijo López Obrador desde su conferencia matutina en Palacio Nacional.
Además de insistir que no modificará su estrategia de seguridad, a pesar de las constantes críticas de varios sectores de la sociedad mexicana, incluyendo la Iglesia Católica, de que “los abrazos ya no alcanzan”.
Y es que la crisis de inseguridad y la polémica en torno a la estrategia del gobierno de López Obrador, quien insiste que los delincuentes son seres humanos, se agudizó tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Cerocahui, municipio de Urique, el lunes 20 de junio, cuando un líder criminal que opera en esa zona del estado de Chihuahua, los asesinó al interior del templo de Cerocahui.