El pasado viernes la abuela de Thalía y Laura Zapata falleció a la edad de 104 años por causas naturales y que no habrían sido en principio una consecuencia directa del maltrato y la negligencia que sufrió hace dos años en el asilo donde vivía.
Este domingo se celebró el funeral la señora Mange en Ciudad de México antes de proceder a la cremación de sus restos mortales para cumplir su último deseo, porque la anciana había dejado claro que no quería ser enterrada debido a su miedo a encontrarse a solas en la oscuridad. La gran ausente fue Thalía, quien se despidió de su abuela a través de Instagram aplaudiendo la fortaleza que mostró hasta el último de sus días para describirla como “un titán inamovible”.
Laura no quiso dar ninguna explicación acerca de los motivos por los que su hermanastra no pudo asistir al servicio religioso, limitándose a responder con un escueto “pregúntenle a ella” cuando los reporteros se le acercaron a la salida del cementerio para darle el pésame y cuestionar si se esperaba a Thalía. Por sus palabras y el tono tan cortante que utilizó, parece que entre ambas mujeres ha vuelto a producirse un distanciamiento por motivos que solo ellas conocen.
El cuidado de su abuelita enfrentó a Laura con Thalía, a quien la primera reprochaba que no acudiera a visitar a la anciana más a menudo y que no se interesara por ella. Sin embargo, en 2021 dejaron de lado sus diferencias tras descubrir a la anciana en unas condiciones inhumanas en la residencia donde la habían ingresado creyendo que recibiría los mejores cuidados posibles.
Tras el funeral, en el que Laura estuvo acompañada en todo momento por su hijo y varios amigos cercanos, ella organizó un homenaje a la señora Eva liberando 104 mariposas en honor a cada año de vida que cumplió: “Abuela chula, vuelta alto, mi reina santa. Dios te bendiga, gracias por todo”, le dijo como despedida.