La ONG haitiana Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) ha denunciado que los apresados por la muerte del presidente Jovenel Moïse han sido víctimas de torturas en las cárceles de Haití, según un informe publicado este viernes en su página web.
El texto indica que, tras un año del magnicidio, solo 13 de las 47 personas detenidas y encarceladas en el país caribeño fueron oídas por el juez de instrucción, detallando que cuatro de ellas fueron puestas en libertad y nueve devueltas a prisión. Ninguno de los 18 ciudadanos colombianos sospechosos declaró ante la Justicia ni tampoco recibió una notificación sobre los cargos en su contra.
Después de la muerte de uno de los detenidos, las 42 personas restantes se encuentran en una situación de “prisión preventiva ilegal y arbitraria y ven sus derechos a las garantías judiciales pisoteados”, señala la RNDDH, asegurando que su destino “parece importarle poco” al nuevo magistrado encargado del caso.
Asimismo, la organización sostiene que la mayoría de los presos fueron sometidos a “tratos inhumanos”, se les interrogó sin la presencia de abogados o testigos y se les ha privado de su libertad “en condiciones degradantes y de absoluta indignidad”.
“Como resultado, su salud física y mental, así como su vida, corren peligro”, denuncia, detallando que varios de ellos —incluidos dos colombianos— han contraído tuberculosis en el centro penitenciario en el que se hallan recluidos, mientras que otros padecen enfermedades causadas por la tortura sufrida. Además, precisa que no reciben la atención médica necesaria a la que tienen derecho.
En vista de todo ello, desde la RNDDH afirman que no se ha hecho nada para hacer justicia a la víctima y sus familiares, ni tampoco se han protegido los derechos básicos de los sospechosos, por lo que recomienda a las autoridades judiciales y penitenciarias que tomen cartas en el asunto.
Este jueves se cumplió un año del homicidio contra Moïse, que murió asesinado a tiros dentro de la residencia presidencial, situada en Puerto Príncipe, la capital haitiana. Entre los arrestados había 18 mercenarios colombianos que habían formado parte del Ejército en su país, incluidos siete que recibieron entrenamiento del Pentágono.