FMI ‘RECETA’ DAR APOYO ALIMENTARIO Y FOCALIZAR SUBSIDIO A ENERGÍA

Los gobiernos tienen que ser selectivos en la manera en la que brindan apoyo para el acceso a alimentos y a la energía ante el alza de precios, por lo que el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomienda ser generosos en los primeros y muy focalizados en los segundos, pues mantener subsidios generalizados a los energéticos es costoso para los presupuestos y poco eficaz.

“Recomendamos que se sea más generoso en cuanto a los alimentos porque esto tiene que ver con la supervivencia básica, pero en cuanto a la energía, es importante que sea asistencia focalizada y eficiente”, dijo Vítor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI durante la conferencia para presentar el informe Monitor Fiscal desde Washington.

En este sentido, el organismo advirtió que la aplicación de subsidios de manera descontrolada traerá consecuencias económicas a los países que no los focalicen, principalmente en el caso de los energéticos.

Explicó que las medidas más comunes para reducir el traspaso de los precios e incluir reducciones en los impuestos al consumo, aranceles aduaneros y subsidios de precios de energía, han sido necesarias para enfrentar esta crisis “urgente y apremiante, pero la mayoría no han sido lo suficientemente focalizadas, lo cual es lamentable” y expuso que en un ejercicio del FMI a partir de varios escenarios, los resultados sugirieron que un subsidio general de precios puede implicar un gran costo y tener una protección limitada para los hogares pobres.

Si los recursos energéticos disponibles se han reducido, el tratar de mantener la demanda interna en niveles previos a la crisis energética, “no es sensato desde el punto de vista económico, ni tampoco viable. Esa posición de políticas no ofrece los incentivos correctos de reducir la demanda de energía y ampliar la oferta, más aún, termina reduciendo los recursos energéticos disponibles para aquellos países que no pueden darse el lujo de adoptar estas medidas”, explicó.

La variedad de medidas fiscales, que incluyen subsidios de precios, recortes de impuestos y transferencias de efectivo, tienen un costo fiscal medio de 0.6 por ciento del PIB nacional para los países de los que se tienen datos, calculó el equipo del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI.

México se enfoca en la oferta

En este contexto, la principal preocupación del gobierno mexicano es la inflación, a la que se busca estabilizar a partir de la oferta, impulsando la producción de alimentos básicos y la apertura a las importaciones; sin embargo, México no está ajeno a efectos globales dada su apertura comercial y si en otras economías el control inflacionario es desde la demanda, llevará a más alzas de sus tasas de interés con posibles impactos recesivos, advirtió Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda.

“México es un país que hoy privilegia las medidas de oferta a las medidas de demanda, por cierto, estamos observando con preocupación el fenómeno de inflación mundial, sabemos que en varios países esta inflación viene por el lado de la demanda, va a requerir unas dosis de aumentos de tasas de interés bastantes fuertes que creo presentan el peligro de causar impactos recesivos muy importantes”, señaló en su participación en la Reunión de la Red de Ministros de Finanzas y Banqueros Centrales, organizada por el BID, en Washington.

Al identificar que la inflación en México es importada, se decidió darle un trato por el lado de la oferta y por eso desde el gobierno se está impulsando la producción de maíz, frijol, soya, verduras.

“Y estamos abriendo la economía, como no se había hecho antes, a las importaciones de alimentos”, dijo.

Detalló aspectos del plan para contener la inflación en el sector alimentos como la eliminación temporal de requisitos burocráticos, medidas no arancelarias para agilizar la importación de un selecto número de empresas que son las que dominan el 80 por ciento de la distribución de alimentos, por eso no se hace extensivo, por esa concentración.

“Porque aquí está la concentración fuerte y este es de alguna forma un programa piloto que tenemos que ver que llegue a una buena conclusión en febrero próximo de 2023″, expuso al reconocer que lo invertido por el gobierno para estabilizar los precios de la gasolina, ha sido “inspiración” para invitar al sector privado a hacer los mismo en el sector alimentos.

Un día antes, durante su participación en la reunión Ministerial de Finanzas y Agricultura del G20, el titular de Hacienda, destacó que a la fecha, los beneficios alcanzados han permitido reducir el impacto de la inflación a 8.8 por ciento en septiembre, cuatro puntos porcentuales por debajo de la tasa que se hubiera alcanzado de no haberse implementado estas medidas.

Además, se evitó el aumento de 300 puntos base en la tasa de interés, y una caída en el consumo nacional de uno por ciento del PIB.

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