Una osa negra que hace unos seis meses fue reubicada de un parque nacional estadounidense a otro emplazamiento recorrió 1.600 kilómetros para regresar al mismo campamento donde fue capturada. El motivo de la reubicación fue que el plantígrado se comía la comida de los campistas, robaba mochilas y hurgaba en los cubos de basura, lo cual causaba molestias a los turistas.
La osa, identificada con el número 609, fue trasladada desde el Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes, entre los estados de Tennessee y Carolina del Norte, hasta el Bosque Nacional South Cherokee, en Tennessee, recogen medios locales. El animal llevaba puesto un collar con GPS que rastreaba sus movimientos como parte de un estudio sobre osos reubicados.
Inesperadamente, los biólogos constataron que la osa recorrió unos 1.600 kilómetros a través de los estados de Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte antes de regresar a Tennessee. Eventualmente la encontraron en el Parque Nacional de las Grandes Montañas Humeantes, en el mismo campamento donde fue capturada.
“Este fue sin duda uno de los movimientos más extraños que he visto hasta ahora”, señaló Bill Stiver, uno de los biólogos que la siguió. “Nunca disminuyó la velocidad. Simplemente siguió adelante”, explica.
Sin embargo, la osa tampoco se estableció en el campamento, sino que regresó a Alpharetta, Georgia, donde la detectaron hurgando en la basura y deambulando por un centro comercial en el área. También en el estado de Georgia el mamífero fue atropellado por un coche.
Posteriormente, se dirigió a Carolina del Sur y finalmente terminó su periplo en algún lugar cerca de Cherokee. Según los biólogos, su viaje es la mayor distancia que el personal del parque ha visto recorrer a un oso.
Los expertos no han recibido datos de 609 desde hace dos semanas, pero creen que sigue viva.