La economía mexicana enfrentará el próximo año un entorno económico más complicado, por lo que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se desacelerará de 3 por ciento en 2022 a 1.4 por ciento en 2023, lo que afectará la recaudación tributaria, estimaron analistas de Citibanamex.
“El panorama económico para México se ha complicado por diversos factores globales, como la previsión de condiciones más astringentes en los mercados financieros, aún altas tasas de inflación, y una significativa desaceleración económica en 2023″, precisaron en su informe ‘Examen de la Situación Económica de México’ correspondiente al cuarto trimestre.
Asimismo, advirtieron sobre los riesgos de una prolongación de los problemas en las cadenas de suministro y un posible nuevo escalamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Estimaron que debido a la desaceleración económica, la recaudación tributaria de 2023, sin IEPS de combustibles, únicamente crecería 1.3 por ciento real, tasa mucho menor a lo aprobado de 14.1 por ciento. Además, su avance sería inferior al 5.7 por ciento estimado durante 2022.
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Grupo Financiero BX+, coincidió en que el entorno económico más complicado, de menor crecimiento del PIB, “obviamente se reflejará en la parte tributaria, en la captación de impuestos, sobre todo cuando Hacienda elaboró su paquete económico con una perspectiva de un avance de 3 por ciento del PIB”.
“Nosotros estimamos un crecimiento de 0.8 por ciento del PIB y consideramos que la captación tributaria es la más vulnerable al tema del crecimiento económico, sobre todo los ingresos tributarios no petroleros”, puntualizó.
El especialista consideró que otra implicación negativa se deriva de un mayor costo financiero. “Nosotros tenemos una estimación un poco más elevada de Cetes 28 días, que lo estimado por Hacienda, lo que elevará el costo financiero y le quitará un poco de espacio por el lado del gasto al gobierno”.
Los economistas de Citibanamex prevén que en febrero de 2023 el Banco de México eleve una vez más su tasa de interés de referencia para llevarla a su pico de 10.75 por ciento.
Proyectaron que la inflación general y subyacente seguirían bajando, para dar pie al Banxico a disminuir su tasa en la segunda mitad de 2023, aunque persisten riesgos al alza, debido a los peligros para la inflación subyacente y por los movimientos de la Fed.
El crecimiento de la demanda interna también debería moderarse a medida que la recuperación del mercado laboral se desacelere, los flujos de remesas pierdan dinamismo y las tasas de interés reales aumenten, alertaron.
Saldaña Brito expuso que en el ámbito local hay temas de riesgo en las finanzas que se deben monitorear, ya que pueden generar presiones en el gasto, como la posibilidad de que Pemex requiera más apoyo.
También se deben vigilar las presiones en el gasto asociadas a las pensiones, y a otros programas sociales, así como el sobrecosto en obras insignia de esta administración, porque son elementos que podrían poner en riesgo a las finanzas públicas el próximo año.
Sin embargo, señaló que los futuros del petróleo para el próximo año se mantienen un poco arriba de lo proyectado por Hacienda, y un excedente petrolero ayudaría a compensar presiones en las finanzas públicas. “Parece ser que sí le pudieran salir las cuentas a Hacienda, pero va a depender de que el precio del petróleo se mantenga elevado”, recalcó.