A una semana de la transferencia del Centro Estatal de Reinserción Social (Cereso) 3 de la Fiscalía estatal a la Secretaría de Seguridad Pública, se mantienen los operativos de sobrevigilancia tanto al interior como al exterior del penal, con apoyo del Ejército Mexicano.
En un recorrido realizado ayer, se pudo observar a más de 50 soldados fuertemente armados afuera del reclusorio y mantenían cerrado a la circulación uno de los cuerpos de la avenida Barranco Azul, mientras la parte norte fue convertida de dos sentidos.
En el interior había más de 500 policías estatales, muchos de ellos foráneos, traídos a esta frontera para apoyar el proceso de transición, el cual incluye identificar y crear una nueva ficha de cada uno de los reos o personas privadas de la libertad (ppl).
No se han reanudado las visitas y se espera que sea el fin de semana cuando se puedan reunir los internos con sus familiares.