Cuando Jaime Tobías fue a cargar gasolina el jueves en El Paso se quedó estupefacto.
De la noche a la mañana de nueva cuenta el combustible se ubicaba en 4.87 dólares por galón de Regular, un incremento que pone a la gasolina en el borde de los cinco dólares, un límite impensable hace dos años para Texas.
“Decidí no ir a atender un cliente en persona y opté por tener una reunión vía Zoom”, dijo el experto en informática que reside en el Este de la ciudad. “Para la asesoría que le iba a dar no se pagaba lo de la gasolina”.
Con un precio del combustible promedio en el país de 4.99 dólares, la situación que enfrenta Tobías es cada vez más común en Estados Unidos. Y no se le ve un final en puerta.
La inflación en Estados Unidos alcanzó su nivel más alto en 40 años, luego de que los precios de la gasolina, los alimentos y otros productos básicos aumentaron en mayo.
Los precios al consumidor aumentaron 8.6% por ciento en mayo con respecto al mismo mes del año anterior, superando el aumento del 8.3 por ciento en abril, informó el Departamento de Trabajo el viernes.
Los precios aumentaron uno por ciento de abril a mayo, comparado con el 0.3 por ciento de marzo a abril. La mayor parte del aumento se debió a la gasolina.
El aumento generalizado de los precios también se registró en la llamada inflación “subyacente”, una medida que excluye los precios volátiles de alimentos y energía.
En mayo, los precios subyacentes aumentaron 0.6 por ciento por segundo mes consecutivo y 6 por ciento en un año.
El informe del viernes puso de relieve el temor de que la inflación va mucho más allá del aumento de los precios de la energía derivados de las cadenas de suministros obstruidas y la invasión rusa a Ucrania. Y la presión creciente sobre la Fed a seguir aumentando las tasas de interés –incrementando el costo de los préstamos para negocios y consumidores– eleva el riesgo de la recesión.
“Prácticamente, cada sector tiene una inflación superior a la normal”, comentó Ethan Harris, jefe de investigaciones económicas en el Bank of America. “Se ha introducido en cada rincón de la economía. Eso es lo más preocupante, porque significa que probablemente persistirá”.
Los precios de la gasolina aumentaron 4 por ciento en mayo y casi 50 por ciento en 12 meses. Han aumentado aún más este mes. El precio promedio nacional llegó a 4.99 dólares el galón (3.785 litros) el viernes, de acuerdo con la Asociación Automovilística Americana (AAA).
Los comestibles aumentaron casi 12 por ciento el mes pasado con respecto al año anterior, su mayor salto desde 1979. Los precios en los restaurantes aumentaron 7.4 por ciento, el mayor salto desde noviembre de 1981, reflejando el aumento de costos de alimentos y trabajadores.
Los costos de la vivienda también están aumentando. El índice oficial –que incluye alquileres, tarifas de hoteles y una medida de lo que cuesta poseer una vivienda– aumentó 5.5 por ciento en el año, el mayor salto desde 1991. Las tarifas aéreas aumentaron casi 38 por ciento, el mayor incremento desde 1980.
La inflación rampante impone presiones graves a las familias al obligarlas a pagar mucho más por los alimentos, la gasolina y el alquiler y reducir su poder adquisitivo de artículos no básicos, desde cortes de pelo hasta artefactos electrónicos. Los hogares de menores ingresos, en particular los hispanos y la población afroamericana, son los más golpeados porque deben dedicar una mayor parte de sus ingresos a los artículos de primera necesidad.